¡Abre tus ojos!
¿Qué hay a tu alrededor? ¿Te paras a mirar la belleza y las señales de la naturaleza?
Los rayos del sol, la forma de las nubes, las hormigas trabajando, los pájaros volando, los movimientos que produce el viento...
Si te tomas el tiempo de fijarte en los detalles notarás que la naturaleza te habla.

El viento, los pájaros, las plantas, los árboles, las piedras... nos hablan, pero si no les prestamos atención, no podemos comprender lo que nos dicen.
La naturaleza siempre nos está hablando, solo hay que saber cómo escucharla.

¿Alguna vez paseando por el bosque o la playa has sentido emociones de preocupación, felicidad, tranquilidad o tristeza sin entender de dónde viene el sentimiento?
O que con un soplo de viento llega algo que te toca, o un “empujon” que te avisa de algo?
La naturaleza nos puede hablar de diferentes maneras, y, si estás atento, aprenderás su idioma.

​La naturaleza tiene mucho conocimiento y nos puede dar mucha información, solo hay que saber cómo comunicarnos con ella.
Por ejemplo, antiguamente los chamanes hablaban con las plantas para saber si eran venenosas o si tenían propiedades medicinales.  
Formamos parte de la naturaleza y si queremos, podemos comunicarnos con ella.