
HERRAMIENTAS PARA TU CURACIÓN
¡RECUERDA SER AMABLE CONTIGO Y TRATARTE BIEN!
Existen muchas formas diferentes de cuidar de tu cuerpo, mente y espíritu. En este apartado podrás encontrar algunas sugerencias de cómo hacerlo, para que puedas incorporarlo a tu día a día. Con el tiempo, estas herramientas te ayudarán a mejorar y mantener tu buen estado de salud.
Para comenzar, elige una o dos herramientas de la lista que verás a continuación. Escoge aquellas que creas que te serán más fáciles de llevar a cabo a lo largo de tu rutina diaria e intenta realizarlas al menos cinco días a la semana ¡o incluso los siete! Cuando te sientas preparado, añade otra más. No intentes elegir demasiadas a la misma vez, sólo aquellas que vayas a llevar a cabo. Es recomendable ir de menos a más, cumpliendo los objetivos que nosotros mismos nos marcamos.
Recuerda, cada uno de nosotros es único; hay diferentes tipos de herramientas que encajarán con diferentes tipos de personas.

CONEXIÓN CON LA NATURALEZA
Nosotros somos parte de la naturaleza. Ella nos ayuda a sanar, a permanecer equilibrados y conectados. Es muy fácil conectarte con la naturaleza, ¡presta atención a lo que te rodea!
Tómate quince o treinta minutos al día para escuchar el canto de los pájaros, oler las flores, admirar las plantas de tu casa, sentarte bajo un árbol, dar un paseo por el parque, mirar insectos o escuchar el sonido del mar o del río. Si vives en medio de la ciudad levanta la vista hacia el cielo para ver su color o mirar las nubes. ¡Seguro que a ti te vienen a la cabeza más ideas para conectar con la naturaleza allá donde vivas!

MEDITACIÓN
La meditación es una buena manera de calmar nuestra mente y estar presentes, centrados en el aquí y ahora, sin dejarnos llevar por nuestros pensamientos. Conseguir esto no es fácil. Cuando intentamos meditar es normal que vayan apareciendo por nuestra mente distintos pensamientos. Lo más importante es reconocerlos, mirarlos y dejarlos marchar para volver a centrarnos en nuestra respiración, en nuestro presente.
Con la práctica cada vez nos irá resultando más fácil mantener nuestra mente donde nosotros queremos que esté, para así poder relajarnos. Comienza con, al menos, un par de minutos al día y ve sumando desde ahí.
Hay muchas maneras diferentes de meditar; incluso puedes utilizar otras herramientas que ahí exponemos, como “Conexión con la naturaleza” y “Respirar” para ello. Si, por ejemplo, estás tomándote unos quince-treinta minutos para caminar por un parque, puedes convertir este paseo en una meditación activa mientras caminas y utilizarla para relajarte mientras prestas atención a todo lo que te rodea: los árboles, los pájaros, las flores… O si estás caminando junto al mar, sentir la brisa. También puedes pasear por la ciudad y mirar los hermosos edificios que tiene, prestando atención a la gente que te rodea. ¡Lo más importante es estar presente!

RESPIRAR
La respiración es algo esencial en nosotros, pues sin ésta no podríamos vivir. Sin embargo, cuando nos sentimos estresados, nerviosos, asustados o cuando sentimos ansiedad, nuestra respiración cambia: se hace más superficial, se entrecorta, o nosotros mismos la aguantamos sin casi darnos cuenta. Cuando esto ocurre, nuestro cuerpo y mente reaccionan, y si no volvemos a respirar pronto con normalidad, la emoción y/o sentimientos que en ese momento nos dominan pueden empeorar.
Cuando esto ocurra, toma poco a poco el control de tu respiración tomando profundas y lentas respiraciones (tantas como necesites) y expulsando el aire de la manera más lenta que puedas. Es una muy buena manera para ir calmándote.
Para ser capaz de tomar el control de tu respiración, primero observa tu manera de tomar y expulsar el aire, sin forzar ni cambiar nada. Puedes sentarte o tumbarte para ello. Una vez hayas observado tu manera natural de respirar, tienes ejercicios a tu disposición para ayudarte a cambiarla, a hacerla más profunda y tranquila.

YOGA
El Yoga es una muy buena manera de cuidar de tu cuerpo y mente. Hay diferentes tipos de prácticas, y es importante que encuentres aquella que vaya mejor contigo. Es importante que, en caso de que no suelas practicar y comiences a hacerlo, escuches a tu cuerpo y no lo fuerces a hacer lo que no pueda. Recuerda que el camino de cada uno de nosotros es único.

DESCANSAR
Es muy importante tomarte un momento para ti al día: con diez o quince minutos es suficiente. Si hacerlo te hace sentirte culpable recuérdate con cariño que te lo mereces y que es importante para ti.
Dependiendo de dónde te encuentres puedes sentarte en algún lugar cerca de la naturaleza, escuchar tu canción favorita o ver un vídeo de mascotas graciosas; lo que puedas y te apetezca hacer en este momento.

DORMIR
Para estar sano, física y mentalmente, es importante dormir bien. Es bueno tener una rutina de sueño para toda la semana (incluso para los fines de semana).
Es bueno que, al menos una hora antes de dormir, dejes de mirar cualquiera de tus pantallas, pues estudios han demostrado que la luz de éstas tiene una influencia negativa en nuestro sueño. Puedes utilizar este tiempo para leer, meditar, reflexionar sobre tu día o escribir un diario.
Para ayudarte a dormir puedes utilizar herramientas como “Respirar” o ponerte una meditación guiada.

COMER SANO
Necesitamos cuidar de nuestro cuerpo, y para esto debemos pensar qué es lo le damos para alimentarlo bien. Anota lo que sueles comer durante un día entero pensando:
¿Como comida procesada?
¿Como comida rápida?
Cuando cocino, ¿utilizo productos frescos?
¿Cuánta fruta/verdura/legumbres ingiero?
¿Cuánta agua bebo al día?
Lleva su tiempo saber qué funciona mejor para nuestro cuerpo, sobre todo si estamos acostumbrados a consumir comida rápida o procesada. Intenta evitar este tipo de alimentos. Sin embargo, es importante no sentirnos culpables si comemos algo “no saludable”, pues somos lo que comemos, pero también lo que pensamos y lo que sentimos.
¡Quiérete mucho!

EJERCICIO
Nuestro cuerpo necesita ejercitarse para mantenerse sano. Tenemos muchas y diferentes maneras de hacerlo. Busca qué tipo de ejercicio te gusta más, algo que funcione para ti. Tal vez sea ir al gimnasio, jugar al tenis, caminar o hacer senderismo, bailar, hacer deportes de nieve o playa, montar a caballo, nadar, hacer sentadillas mientras cocinas… ¡dale rienda suelta a tu imaginación! ¡Incluso las tareas de casa nos pueden servir de ejercicio con tu música favorita!

AGRADECER/GRATITUD
La gratitud es dar gracias por todo aquello que tenemos. Estudios científicos han demostrado que el ejercicio de dar gracias cada día incrementa nuestra felicidad en un veinticinco por ciento. Es natural ver o fijarnos en todas las cosas que no tenemos o que no podemos hacer, y olvidarnos de todo lo que sí que tenemos y podemos hacer y disfrutar.

CAMBIAR NUESTRA FORMA DE PENSAR
Hay muchas maneras diferentes de ver una misma situación. Cuando estamos viviendo un momento difícil a veces es complicado ver el lado positivo o las cosas buenas que nos trae. Cuando notes que estás angustiado por pensamientos negativos intenta entrenar para ver, al menos, alguno positivo al mismo tiempo. Puede ser difícil para nosotros al principio, pero con la práctica todo se vuelve más sencillo. Por ejemplo:
Es un día lluvioso, y me siento muy deprimido/a; pero es bueno que los árboles y flores reciban este agua.
Mi amigo/a llega tarde otra vez, y esto me hace sentirme muy irritado/a, pero al menos tengo tiempo para estar conmigo y disfrutar de alguna lectura o escuchar música mientras espero.
Estoy teniendo muy mal día, no quiero salir de la cama siquiera; pero doy gracias de tener una cama donde poder quedarme.

PASARLO BIEN
Intenta hacer cosas que te gusten y que te hagan sentir bien, por ejemplo escuchar música, bailar, cantar, ver alguna serie o película que te haga reír, jugar a juegos… Intenta también estar con la gente con la que te sientas bien. Las pequeñas cosas son las que poco a poco nos van sanando.